¿Está justificado el uso de antibióticos en infecciones respiratorias autolimitadas?

El uso masivo de antibióticos se asocia a la aparición de resistencia antimicrobiana,

 

a un mayor número de efectos adversos, y a un aumento de los costos en salud.

 

Muchas de estas prescripciones se realizan por cuadros respiratorios en consultas a

 

médicos de familia y generalistas, debido al volumen de pacientes que atienden. Sin

 

embargo, un gran número de estas infecciones son autolimitadas y/o de origen viral

 

(resfrío común, otitis media aguda, bronquitis, faringitis virales o en adultos, sinusitis,

 

etc.). Por este motivo, varias guías de tratamiento actualmente no recomiendan el

 

uso de antibióticos de manera inicial en pacientes de bajo riesgo con este tipo de

 

cuadros (1, 2), pese a lo cual una proporción elevada de estas infecciones continúan

 

tratándose con agentes antimicrobianos. Entre las razones que se esgrimen para

 

explicar este fenómeno figuran la presión impuesta por los propios pacientes, la falta

 

de tiempo para realizar una evaluación adecuada, y el temor del médico a una

 

complicación.

 

Con el fin de evaluar este último punto, Gulliford y colaboradores analizaron las

 

consultas por infecciones respiratorias autolimitadas en una muestra de historias

 

clínicas de 610 centros de salud de Gran Bretaña, para determinar la tasa de

 

prescripción de antibióticos en el mismo día de la consulta y las complicaciones de

 

estas infecciones entre 2005 y 2014.(3) Los centros de salud fueron a su vez

 

divididos en 4 grupos, desde aquellos con la mayor proporción de prescripción de

 

antibióticos para estos cuadros (más del 58% de estas consultas) a aquellos con la

 

menor proporción (menos del 44%). Durante este periodo, la proporción de

 

prescripciones de antibióticos descendió de 53,9% a 50,5% en hombres y de 54,5%

 

a 51,5% en mujeres. En modelos agrupados por centros de salud y ajustados por

 

grupo de edad, sexo, región, y quintil de privación (necesidades insatisfechas), a

 

medida que aumentaba la prescripción de antibióticos, descendía el riesgo de

 

neumonía y absceso periamigdalino (razón de tasas de incidencia de los centros

 

con alta prescripción vs baja: 0,70 y 0,78 respectivamente, P<0,001). En cambio, no

 

se encontró una asociación entre mayor prescripción de antibióticos y riesgo de

 

mastoiditis, empiema, meningitis bacteriana y absceso intracraneal, si bien los

 

autores aclaran que pueden no haber tenido suficiente poder para evaluar estas

 

complicaciones menos frecuentes; asimismo, algunas complicaciones, tales como

 

sepsis, no fueron siquiera evaluadas. Se calculó luego que un 10% de aumento en

 

la proporción de antibióticos indicados se asociaba con un descenso relativo de

 

12,8% del riesgo de neumonía y de 9,9% del riesgo de absceso periamigdalino.

 

Sin embargo, al traducir estos riesgos a números absolutos, se estimó que, por cada

 

7000 pacientes que se atienden en un centro de salud (población del centro de

 

salud, no número de consultas), una reducción del 10% de las indicaciones de

 

antibióticos por cuadros respiratorios autolimitados derivaría en un incremento de

 

1,1 casos extra de neumonía por año y 0,9 casos de absceso periamigdalino por

 

década.

 

Hay que aclarar, además, que este estudio analizó los datos a nivel de los centros

 

de salud (por nivel de prescripción) y no a nivel individual (cada paciente); por lo

 

tanto no se puede determinar a ciencia cierta si las mayores complicaciones en los

 

centro con baja prescripción se dieron efectivamente en los pacientes que no habían

 

recibido antibióticos.

 

Este estudio es un buen ejemplo de la importancia de contar no sólo con las

 

frecuencias relativas al evaluar riesgo, sino también con las absolutas. Al

 

enfocarnos específicamente en estas últimas, lo que se observó fue que un

 

descenso importante en la prescripción (10%) se asoció sólo a un pequeño aumento

 

en el riesgo de ciertas complicaciones (1 caso por año y por década de neumonía y

 

absceso periamigdalino, respectivamente). Considerando que estas complicaciones

 

usualmente no requieren internación, y balanceando además el riesgo de efectos

 

adversos por el uso de antibióticos (no medidos en este estudio), estos resultados

 

aportan nueva evidencia que sostiene la recomendación de no utilizar de inicio

 

antibióticos en infecciones respiratorias autolimitadas en pacientes de bajo riesgo.

 

 

 

REFERENCIAS:

 

1. Excellence NIfHaC. Respiratory tract infections (self-limiting): prescribing

 

antibiotics 2008. Disponible en: https://www.nice.org.uk/Guidance/cg69

 

2. Zoorob R, Sidani MA, Fremont RD, Kihlberg C. Antibiotic use in acute upper

 

respiratory tract infections. American Family Physician. 2012;86(9):817-22.

 

3. Gulliford MC, Moore MV, Little P, Hay AD, Fox R, Prevost AT, et al. Safety of

 

reduced antibiotic prescribing for self limiting respiratory tract infections in primary

 

care: cohort study using electronic health records. BMJ. 2016;354:i3410.

 

 

Dra. María Victoria Salgado

Médica de familia.

 

Médica asociada. Servicio de Medicina Familiar y Comunitaria, Hospital Italiano de Buenos Aires.

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