Cesación tabáquica abrupta versus gradual

El consumo de tabaco es un factor de riesgo prevenible para las principales causas de muerte, produciendo alrededor de 6 millones de defunciones prematuras anualmente a nivel mundial. En nuestro país la mortalidad asciende a más de 40.000 personas cada año, además de la pérdida de 824.804 años de vida saludables.1 

7 de cada 10 fumadores, planearon o han pensado dejar de fumar (EMTA 2012).La manera estándar de dejar de fumar es dejarlo abruptamente en un día de abandono designado. Un gran número de fumadores han intentado sin éxito cesar de esta manera. En ellos, la reducción gradual del consumo de tabaco antes de dejar de fumar podría ser un enfoque alternativo al abandono.

 

Una revisión sistemática publicada en el año 2012 por Cochrane compara y analiza ambas estrategias en adultos con deseos de dejar de fumar2. Los investigadores incluyeron 10 estudios randomizados y controlados, con un total de 3760 participantes realizados entre 1978 y 2010. Los resultados estudiados fueron la abstinencia a los 6 meses de seguimiento con comprobación bioquímica en 7 de los estudios. Se analizó además la frecuencia y tipo de efectos adversos en aquellos ensayos que utilizaban terapia de reemplazo nicotínico (TRN) como resultado secundario (2 estudios). No se tuvo en cuenta en el análisis de resultados la utilización de distintos métodos en la reducción gradual. Ninguna intervención de cesación fue significativamente superior cuando se combinaron todos los estudios para el análisis, se usara o no TRN, terapia conductual o auto-ayuda. La tasa global de abandono a los seis meses fue de 14,1% (11,9% a 17%). El descenso gradual no fue peor que la interrupción abrupta y el análisis de los subgrupos que usaron o no reemplazo de nicotina y/o métodos de autoayuda y/o apoyo conductual no mostró diferencias.

 

Un estudio observacional publicado en el 20113, comparó el cese brusco con el cese gradual. Los pacientes fueron asignados al grupo que deseaban. Se observó que aquellos más motivados para dejar de fumar prefirieron hacerlo en forma abrupta. Por otro lado, las tasas de abandono fueron del 16% en aquellos que preferían el cese brusco, el 7% en aquellos que preferían el cese gradual y el 9% en aquellos que no tenían preferencia (p <0,001). Aquellos pacientes que tenían bajos niveles de motivación fueron más propensos a dejar de fumar si preferían y optaban por cesar de forma abrupta en lugar de gradual.

Un estudio randomizado, controlado y de no inferioridad realizado en el año 2016 y publicado en “Annals of Internal Medicine”4 comparó el cese gradual con el abrupto entre fumadores listos para dejar de fumar.  Se incluyeron 697 participantes fumadores de 20 cigarrillos/día, con alta dependencia medida por Test de Fagerstrom (resultados mayores a 6). El mismo evaluó la abstinencia luego de 4 semanas del día de cese definitivo y a los 6 meses, y se analizó además si estos resultados estaban relacionados con la preferencia de los participantes acerca del método de cese. Ambos grupos recibieron soporte conductual y TRN pre y post-día de abandono designado. La abstinencia a las 4 semanas fue de 39,2% para el grupo de cesación gradual, y de 49% para el grupo de cesación abrupta (RR = 0,80 - IC del 95%: 0,66 a 0,93), con porcentajes similares en abstinencia a los 6 meses, 18% de la cesación gradual y 17% de los grupos de interrupción brusca (RR = 0,70 - IC del 95%: 0,51 a 0,97), y riesgo de recaída similar para ambas ramas. A las 4 semanas no hubo evidencia de diferencias significativas en los síntomas de abstinencia en ambos grupos. De los participantes que no lograron mantener la abstinencia a las 4 semanas, 61% anunció su preferencia por utilizar el método de cese gradual en futuros intentos.  Pese a ésto, el estudio demostró que el cese abrupto fue superior a corto y largo plazo, y que los participantes que inicialmente preferían el cese gradual fueron menos propensos a lograr la abstinencia, independientemente de la rama a la que fueron asignados. Concluyó que el cese abrupto es más probable que lleve a una abstinencia duradera que el cese gradual, incluso para fumadores que inicialmente preferían este segundo método, aunque estas diferencias no fueron muy significativas.

La preferencia de uso del método de cese abrupto se considera un método predictor de abstinencia, ya que se vio asociada a mayor motivación y confianza para el cese definitivo3, teniendo el doble de tasa de abstinencia que aquellos participantes que preferían el método de cese gradual, y siendo también más efectiva en aquellos participantes que al principio no la preferían. 

Las conclusiones de los distintos estudios coinciden en que ninguna de las dos maneras de dejar de fumar demostró ser significativamente superior, por lo que deberían darse como alternativa ambos métodos, principalmente en pacientes que hayan fracasado en otras ocasiones con el cese abrupto. Hay que considerar que la cesación gradual, método no recomendado por las guías en Argentina1, EEUU5 ni Reino Unido6, es una buena alternativa al combinarse con TRN7 en fumadores que no están preparados para cesar en forma abrupta, y puede llevar a mayores chances de cesación en un futuro5.  Para los pacientes sin preferencia por alguno de los dos métodos de cese no se vieron diferencia en la efectividad3, por lo que en estos pacientes ambos métodos deberían ser ofrecidos.

Referencias:

1. Ministerio de Salud de la Nación. Guía de Práctica Clínica Nacional de Tratamiento de la Adicción al Tabaco. Buenos Aires, 2011.

2. Lindson-Hawley N et al. Reduction versus abrupt cessation in smokers who want to quit. Review. Chochrane Database of Systematic Reviews 2012, Issue 11.

3. Etter JF et al. Comparing abrupt and gradual smoking cessation: a randomnized trial. Elsevier. 19 de Abril de 2011. 

4. Lindson-Hawley N et al. Gradual versus abrupt smoking cessation: a randomnized, controlled non inferiority trial. Annals of Internal Medicine. 15 de Marzo de 2016.

5. Treating Tobacco Use and Dependence: 2008 Update. U.S. Department of Health and Human Services Public Health Service. 

6. National Institut of Clinical Excelence (NICE). Stop Smoking Services. PH10.

7. Klemperer E et al. After precessation nicotine replacement therapy, abrupt cessation increases abstinence more tan gradual cessation in smokers ready to quit. British Medical Journal, volumen 21. 11 de Agosto de 20167

8. Cheong et al. Does you you quit affect success? A comparison between abrupt and gradual methods using data from the International Tobacco Control Policy Evaluation Study. Nicotine & Tobacco Research Volume 9. Agosto 2007.


Autora:

Dra. Laura Kaplan

Residencia de Medicina Familiar. Construir Salud. Capital Federal

 

 

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Comentarios: 2
  • #1

    Elisa Uncal (miércoles, 27 septiembre 2017 16:32)

    Dejé de fumar de forma abrupta un año antes de decidir quedar embarazada. No fumé durante once años . Abruptamente comencé a fumar otra vez. Actualmente fumo entrecortado, dias que nada y otros un maximo de cuatro. Abandonar el hábito totalmente en mi caso tiene que ver con la voluntad de no dejarlo y ese es el punto más terrible al que se enfrenta un fumador.

  • #2

    Daniela (viernes, 29 septiembre 2017 13:51)

    Durante 25 años fumé mas de 20 cigarrillos diarios, el primero, a los 5 min después de levantarme de la cama. Hace 3 años o un poco más, lo dejé de forma abrupta, considerando que no iba a fumar por ese día, y después por el siguiente..y así, un día por vez., hasta hoy. El período de abstinencia fue fatal. La ayuda externa la tuve de los profesionales del Programa Nacional de control del tabaco (el número de tel. que figura en los paquetes de cigarrillo), que me escuchaban pacientemente y me daban tips para seguir. A ellos, eternamente agradecida.