La pandemia de la incertidumbre

Dr. Gabriel Cejas

Médico Generalista y de Familia

Introducción:

Al buscar sobre una definición de incertidumbre me topé en primer lugar con la de Wikipedia que dice lo siguiente: La incertidumbre se refiere a anomalías epistémicas que implican información imperfecta o desconocida. Se aplica a las predicciones de eventos futuros, a las mediciones físicas que ya se han realizado o a lo desconocido. La incertidumbre surge en entornos parcialmente observables y / o estocásticos, así como debido a la ignorancia, la indolencia o ambas. Surge en cualquier número de campos, incluyendo los seguros, filosofía, física, estadística, economía, finanzas, psicología, sociología, ingeniería, metrología, meteorología, ecología y ciencias de la información. 

Planteo este tema ya que es una de las palabras que más resuenan en toda la población, personal de salud y medios de comunicación sobre la sensación que universalmente más genera esta pandemia por covid 19 y atraviesa todas las estructuras.

Me propongo en este ensayo un repaso de los temas abordados en el curso según mi interpretación vinculada a la incertidumbre.

 

Desarrollo:

Para conocer un nuevo elemento utilizamos lo conocido en nuestro universo interpretativo, es así como en la llegada del covid, empezamos a repasar otras pandemias a las que fue sometido el planeta y compararla en distintos niveles.

Aparece la peste negra que tanto impacto tuvo en lo socio-cultural, la gripe española que no se dio en España a pesar del nombre y cuya importancia en términos numéricos ha sido muy superior aun, pero sin embargo y a pesar de la relevancia de ambas, el covid llega en un momento de infordemia, donde las conexiones de la información y el flujo de personas y recursos es máximo y a crecimiento en escalas logarítmicas de comparado a otros momentos históricos. Este exceso de información implica distintas calidades de información, que deviene a miedos y mayor incertidumbre.

También mencionar la comparación con las recientes epidemias por otros coronavirus e influenza, y es entonces cuando los datos de la contagiosidad alarman en relación al covid 19, y hacen a que tenga mayor impacto a nivel de la salud internacional.

Analizando las causas y las vías de transmisión y en consecuencia las medidas de prevención adoptadas, lo a priori descrito del origen en el mercado de animales de China y en la costumbre de consumir animales exóticos por habitantes de este país, viene cargado de, en primer lugar, faltas de certezas como ocurre en casi todos los conocimientos que tenemos acerca de este virus. Sin esas certezas se genera un estigma importante hacia esa población, cuestión que más adelante se repite con otras, como el personal de la salud, los habitantes de las villas, los infectados, etc. 

Aparece de la mano la falta de certezas en cuestiones de la vía de transmisión: que si se transmite por el aire, que si se transmite por fomites, que si el tapabocas en asintomáticos tiene utilidad y otro sinfín de idas y vueltas en la información brindada desde las instituciones como la OMS y otros  organismos estatales de salud. Ello aumenta la incertidumbre no solo en la población, sino también en la comunidad del personal de salud. Y si no sabemos con exactitud cómo se transmite tampoco nos queda claro cómo prevenir, y aparece una cascada de “cuidados” hasta la obsesión retomando casi una cuestión miasmática de la salud, donde el otro y el exterior es lo sucio (como es también designada muchas veces a las áreas covid en los centros de salud) y lo limpio. Es en este contexto donde aparece la decisión política de la cuarentena con pocas certezas también, sin embargo parece en principio lo más seguro. 

La incertidumbre sigue y las comparaciones no ayudan mucho, la evidencia científica no es del todo clara acerca de las medidas de cuarentena. Sin embargo, pareciera claro que los países que han tomado medidas al menos intermedias tuvieran mejores “resultados” en temas de mortalidad y número de contagiados, como si los datos fueran equiparables y no hubiese un sinfín de factores que interpelan esa visión parcial, como condiciones de salud, sistemas de salud, vulnerabilidades, expectativas de vida, manejo de la información, inequidades, etc.

El concepto de salud es atravesado también por la pandemia de covid 19, pareciera que todo se limita a ser covid positivo (enfermo) y covid negativo, (¿sano?) dejando en un segundo plano el resto de las demandas de salud de la población; y es allí cuando se cuestiona la intervención necesaria y la sobreintervención que pudiera estar instalada en la atención de la salud, siendo necesario definir lo “indispensable” (controles prenatales, primer año de vida, medicación crónica, MAC, ILE), y también por los miedos en la sociedad retrasa consultas urgentes, lo que aumenta la morbimortalidad por otros problemas de salud, como infartos, ACV, etc.

En segundo lugar aparece un espectro de afecciones de aquella población teóricamente “sana”, es decir covid negativo y sin comorbilidades, pero que sin embargo ven afectadas su salud con la pandemia, por las emociones generadas y por las medidas tomadas a consecuencia de la pandemia que afecta a  las esferas económicas, sociales, afectivas que también son claramente afecciones a la salud, y que no son realmente tenidas en cuenta, al menos en el discurso que se escucha.

Es en este campo donde la Atención Primaria reclama otra mirada e intenta con sus limitados recursos dar respuesta, no es casual que sea la Atención Primaria ya que en la cercanía a las comunidades y en su enfoque integral observa estas problemáticas resurgentes. Sin embargo, el gobierno nacional niega el bono a este sector ya que considera que no es afectado por el covid. Es que este enfoque hospitalocéntrico es desde donde se ataca al covid, olvidando muchos otros eslabones en la cadena del proceso salud-enfermedad-atención-cuidados. Esto se ve reflejado al día de la fecha en una pobre respuesta en los niveles de seguimientos y acondicionamientos de laboratorios,  aun cuando las camas criticas están con una ocupación bastante menor a la de años anteriores para estas semanas epidemiológicas.

Como médico generalista que trabajo en PNA, genera también mucha incertidumbre, el manejo y el seguimiento de los casos, ya que si bien a nivel discurso y a nivel protocolar teórico se establecen ciertos cuidados, luego se ve en la práctica diaria que en muchos casos, estos cuidados y seguimientos no se dan como deberían y lleva mayores padecimientos de los afectados que además de sufrir por el estigma generado alrededor de las personas y familias con covid, sienten falta de cuidados por parte del estado y el sistema de salud y no saben cómo deben actuar y enfrentar la situación, lo que los deja más desamparados, viviendo muy de cerca la incertidumbre.

En cuanto al cuidado de los que cuidan, vuelve a sentirse el desamparo. En un comienzo, cuando todo se instaló abruptamente, a pesar de aun no estar el problema establecido, la falta de elementos de protección personal generó muchos miedos e incertidumbres en el personal de salud. Con el paso del tiempo, los gobiernos, obras sociales y también con la ayuda de organizaciones solidarias de la población, aquellos recursos críticos fueron apareciendo al punto de hoy en dia estar bastante solventados, pero a pesar de eso, la exposición del personal de salud es inevitable y aparecen los trabajadores de salud como un grupo de muchos contagios y de afección emocional y, aunque parezca paradójico, afección  económica.

Reducciones salariales en muchos lugares, falta de  pago del bono en Atención Primaria y retraso de pago del mismo en todos los niveles. Los aplausos de la sociedad tuvieron presencia cuando la pandemia afectaba a España, y no ahora cuando es un problema local, cuestionemos aquí el papel de los medios y la descolonización que tenemos, hace pensar que solo es un acto de hipocresía de la sociedad y de los sectores políticos.

Sin dejar de mencionar la situación laboral previa  de los trabajadores de salud, que obligaba al pluriempleo, lo que expone a mayores riesgos de contagio y de circulación entre instituciones del virus, saca a la luz las vulnerabilidades en las modalidades de contratación con formas establecidas como monotributos, empleos en negro, etc.

Ni hablemos de las incertidumbres en torno a la terapéutica, se mencionan opciones varias como la  hidroxicloroquina, plasma, ARV, etc. con evidencia de ellas casi nula, un poco entendible porque desarrollar estudios que puedan aseverar su eficacia demanda tiempos que no tenemos, pero en este afán de encontrar la cura mágica, caemos en la sobremedicalización con los costos y riesgos que implican y sin olvidar el detrás de escena de la industria farmacéutica. Más incertidumbres.

Si hay algo en donde se hizo foco en la preparación de los servicios de salud, utilizando para tal fin el tiempo de gracia que otorgaba la meseta que generó la cuarentena, es la compra de ventiladores y la instalación de camas críticas. Hoy en día pareciera que aquel escenario tan temido de que se tuviera que decidir quiénes merecen ser ventilados y quienes no, por el momento no azota. Reflejó también la situación crítica en la que estaba inmersa la especialidad de terapia intensiva por ser una especialidad de muchos riesgos y pocos reconocimientos, entre ellos el económico claramente.

 

Conclusión: 

La pandemia de covid 19, trajo para algunos el covid, pero a todos nos atravesó a con el germen de la incertidumbre. A nivel provincial y nacional nos reveló muchas realidades que estaban instaladas; la fragilidad de los sistemas de salud, las vulnerabilidades económicas, las condiciones laborales frágiles del personal de salud, la mirada hospitalocéntrica-biomédica, el relego del primer nivel de atención, la falta de solidaridad social, los prejuicios instalados en la sociedad, etc. y nos exigió una respuesta rápida. 

Un gran aprendizaje sobre cómo actuar frente a la información cambiante poco certera, que nos demanda ser menos rígidos con las sentencias que establecemos y más flexibles en el accionar, pero aún nos deja la sensación de estar en una nebulosa que debemos aprender a transitar, aprender a navegar en un mar de incertidumbre.

 

Dr. Gabriel Cejas

Médico Generalista y de Familia

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Comentarios: 1
  • #1

    Rojas, Nicolás. (miércoles, 12 agosto 2020 15:38)

    ¡Tanta verdad en un texto! Será cuestión de aprender a convivir, como bien lo menciono, con esta pandemia de la incertidumbre.